Así la primera pregunta había sido resuelta, y ahora ella me daba pie también a conocer la respuesta a muchas otras. Me acerqué y puse mis manos en el grueso alambre mientras ella preguntó si me apetecería entrar al recinto. “Naturalmente” respondí con los ojos como platos pero como hacerlo si no tenía un Pase que me habilitase la entrada más allá de esos eventuales muros. Ella dijo que eso no era un problema, que la esperase ahí en la valla y que pronto regresaría con una acreditación para mí. Efectivamente, ella volvió con la entrada prometida para mí, y lo sorprendente es que accedí al Campamento hasta el Forum con una Tarjeta ceñida al cuello en la cual claramente se leía “Mariella”
Forum de las Culturas 2004 |
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