miércoles, 20 de marzo de 2013

Antes del Nol

Quizás debamos remontarnos años atrás para entenderlo todo mucho mejor. Veamos, la ciudad de Barcelona durante el año 2004 albergó el primer Forum de las Culturas. Era el lugar idóneo para que referentes distinguidos, personajes destacados y relevantes de la cultura internacional presentasen ponencias a la vez que se realizaran distintos eventos y espectáculos en torno al conocimiento de las culturas y también de la Globalización, sin duda un encuentro pensado para la proyección de la ciudad y la Paz de telón de fondo.


Verano 2004

martes, 19 de marzo de 2013

Por Casualidad

A pesar de ser un evento importante, todo ello hubiera pasado desapercibido para mí si la casualidad no hubiera hecho acto de presencia en un caluroso y sofocante día de verano de Agosto y yo no me hubiera encontrado a muy pocos metros de ese tal evento. Aquella tarde iba a experimentar algo poco común. La cosa es que tomé el coche para ir a la Barceloneta a tomar un poco el sol. Era una decisión meramente repentina y poco usual en mí. Mi piel es blanca, y también delicada y no soy amante del ardiente sol de las playas, así que esperé hasta que éste se perdiera en el ocaso, al tiempo que descubría una cala muy particular donde la gente desinhibida se bañaba en su máxima desnudez. Era cala nudista. Decidí bajar y tratando de pasar lo más desapercibido posible busqué un lugar entre la multitud que poblaba la arena. Me ubiqué cómo pude y cerca de una chica en la plenitud de su juventud y que lucía una espléndida figura además de irradiar toda la energía que había recibido del astro rey pocas horas antes. Tendida en silencio y cubierta sólo por unas gafas oscuras no dejaba de reír disimuladamente viendo como aquel nuevo e ignoto vecino presentaba reflectante todo un abanico de blancos posibles en una sola piel y que trataba sin mucho éxito de acomodarse en una tierra que aun le parecía hostil, pero sonrojado hasta las cejas se sintió tan profundamente intimidado como para finalmente marcharse. Pues no tardé mucho tiempo en volver a calzarme y vestirme para tomar el camino que seguía el rompeolas.


Verano 2004


lunes, 18 de marzo de 2013

Forum de las Culturas

A partir de ahí, el paseo estaba vallado ya que al otro lado de la verja albergaba las tiendas de campaña de los muchos miembros del Festival Mundial de la Juventud dentro de los certámenes del Forum de las Culturas. Eran jóvenes del todo el mundo venidos a Barcelona y que de algún modo representaban a sus distintos Países. Algunos eran artistas que presentaban canciones, otros bailes nacionales, etc. También asistían los acompañantes, aun es de suponer que no sería el caso de todos pero, eran muchachos y muchachas que tenían mucho o bastante que ver con sus respectivos gobiernos e instituciones, en otras palabras era la excusa perfecta para ellos y una experiencia única de poder viajar y ver mundo, sin duda en muchos casos eran auténticos privilegiados.

Bcn 2008





domingo, 17 de marzo de 2013

¿Quién es ella?

Yo había llegado al final del paseo y entonces di la vuelta cuando de pronto una joven desde el otro lado de la alambrada a su vez inicio el paso en el mismo sentido y dirección que yo. Separados por el vallado nos miramos el uno al otro y entonces para llamarle la atención hice un poco el tonto y empecé a imitarla. Cuando ella aceleraba el paso entonces yo también subía el ritmo, si ella se paraba yo también lo hacía. Yo ponía cara de payaso y simulaba tropezarme al mirarla, ella reía abiertamente pero nadie de los dos nos atrevíamos a decir nada, ni a pronunciar una sola palabra. La situación era cómica y distendida para ser desconocidos, pero al fin y al cabo los dos nos sentíamos seguros cada cual tras su propia cerca. Entonces cada uno de nosotros parecía inventar un nuevo gesto para ver como reaccionaría el otro, y así caminando y caminando me preguntaba que pasaría cuando acabásemos por llegar al final del malecón. Me preguntaba de donde habría venido esa chica y que haría allí, en esa especie de campo de concentración estival pero al final cuando topé con el muro y levanté la mano para despedirme de súbito ella dijo “Aspetta un attimo!” Entendí perfectamente sus palabras, pues yo también hablaba Italiano.

Moscow 2010

sábado, 16 de marzo de 2013

Preguntas con Respuestas

Así la primera pregunta había sido resuelta, y ahora ella me daba pie también a conocer la respuesta a muchas otras. Me acerqué y puse mis manos en el grueso alambre mientras ella preguntó si me apetecería entrar al recinto. “Naturalmente” respondí con los ojos como platos pero como hacerlo si no tenía un Pase que me habilitase la entrada más allá de esos eventuales muros. Ella dijo que eso no era un problema, que la esperase ahí en la valla y que pronto regresaría con una acreditación para mí. Efectivamente, ella volvió con la entrada prometida para mí, y lo sorprendente es que accedí al Campamento hasta el Forum con una Tarjeta ceñida al cuello en la cual claramente se leía “Mariella” 

Forum de las Culturas 2004

viernes, 15 de marzo de 2013

El Pase

Una vez en el interior, Tina – que así se llamaba la muchacha – me introdujo a sus compañeros. Yo me presenté, sólo que ellos ya parecían conocerme. Me extrañé de eso y de sus risas pero ellos me explicaron que Tina les contó de como cuando ella, poco tiempo antes, estaba tendida en la playa próxima y sólo cubierta con unas gafas negras, yo me había sentado a su lado y tan cerca que no sabía bien que hacer en esa situación embarazosa. Tina era, sorprendentemente, la misteriosa chica que encontré desnuda en la playa. A partir de entonces estuve pasando al Forum todas las noches con distintos pases que me suministraban mis amigos italianos. Yo no era en aquellos instantes consciente de que ese acontecimiento quizá cambiaría por siempre el devenir de la historia, aun esa fuera la mía y marcaría un insospechado nuevo curso de mi vida. De hecho hay dos sucesos precisos que aun pasando desapercibidos pudieron ser esenciales para comprender la posterior creación del Nol. El primero es que quizá por primera vez tuve acceso a una visión global y amplia de una voz juvenil y mundial, gracias al Forum, y la segunda es que por primera vez también tomaría contacto con un mundo hasta entonces desconocido para mí, el de los pueblos del Este de Europa y que finalmente me conduciría años más tarde hasta la inédita Rusia. 

Forum de las Culturas 2004

jueves, 14 de marzo de 2013

Pabellón de Ucrania

Entonces una tarde y que el Pabellón de Ucrania presentaba a sus jóvenes representantes folklóricos me animé y también tomé parte o algo de protagonismo. Canté y bailé hasta la extenuación no se sabe muy bien qué, pero lo hice con un gran entusiasmo y para los Ucranianos ese fervor apasionado no pasó indiferente, tanto es así que como si se tratara de un patriota más me obsequiaron con una bandera de su país. Yo la guardo aun con cariño y la tuve siempre presente durante las jornadas que tuvieron lugar las protestas de la llamada Revolución Naranja en Kiev y que justo se iniciaron a finales de Noviembre extendiéndose por todo el País, en una espectacular resistencia civil sin precedentes y que por supuesto dio la vuelta al mundo. El caso es que volviendo al Forum, después de bañarse en las inmediaciones del malecón las noches de aquel caluroso Agosto y hasta altas horas de la madrugada los jóvenes de distintos países se daban cita en la plaza del Forum para bailar al son de la música Disco. Aquella noche yo saqué y ondeé mi nueva bandera y rápidamente me rodeé de ucranianos, entonces conocí a los miembros de la delegación gubernamental ucraniana de la juventud, entre ellos se encontraban Victoria y Sveta. Para ellas visitar España era como un auténtico sueño, disfrutar del sol y de este clima tan magnifico perduraría en sus memorias para siempre sin duda, y tendrían la sensación de que las calles en Barcelona eran muy distintas a las de todas las que habían visto jamás hasta entonces. Siempre estaban llenas de gente alegre que tenían la sonrisa en los labios, me dijeron. Para ellas era una experiencia única y quien sabe si también irrepetible, aun las condiciones del viaje eran extremadamente duras para esa delegación, ya que tenían que hacerlo atravesando enteramente las carreteras de Europa y durante días en un viejo y trotinado Autocar.

Forum de las Culturas 2004




miércoles, 13 de marzo de 2013

Las Noches del Forum

Por la noche el Forum ponía en marcha una Disco en una plaza al aire libre y los Dj’s pinchaban enfáticos su música. Victoria y yo bailamos y bailamos mucho y muy juntos, sonreíamos sin parar haciéndonos arrumacos y bromas, pero era todo lo más que podíamos hacer habida cuenta que Victoria sólo hablaba ruso. Le hablé en Inglés, en español, en italiano, en francés, pero ella no entendía nada. Y tampoco yo comprendía nada cuando Victoria se expresaba en ruso. Era muy frustrante para nosotros porque parecía que nos gustábamos mucho, y queríamos seguir conociéndonos más y durante más tiempo a ser posible, pero no podíamos entendernos. Es difícil saber que es lo que nos atraía más el uno del otro pero confieso que para mí quizá fuera que Victoria era graciosa, bailando descalza se movía ligera y menuda cabía en un beso. Con sus pequeñas manos se arremangaba la falda con atrevimiento y su cintura aceptaba mi abrazo con agrado, sin ofenderse. Pienso que nos creamos un clima de confianza entre nosotros. De ella sólo comprendí y fue gracias a las traducciones de Sveta al inglés, que Victoria me invitaba al Festival de Eurovisión. Ucrania aquel año era el país de moda, no sólo por lo que aun estaba a punto de comenzar en las calles de Kiev, sino porque incluso se habían permitido el lujo de ganar el popular Eurofestival. 

Forum de las Culturas 2004

martes, 12 de marzo de 2013

La Despedida

Llegó el momento de la temida despedida con la esperanzadora promesa de escribirnos en el futuro. Para ellas su último día antes del largo regreso y aun cansadas no quisieron perderse un sólo instante sin aprovecharlo hasta el final, así se dirigieron a la playa y hasta que el sol no despuntó en el horizonte no abandonaron la arena de la Barceloneta y fue entonces cuando nos dijimos finalmente Adiós. Todas las despedidas son amargas pero aun lo son más cuando no hay palabras que consuelen, el silencio en tales casos es demasiado atroz, inconveniente, cruel, y así fue también para Victoria y para mí que no pudimos encontrarlas, y tan escasas no supimos siquiera comprenderlas ni compartirlas.

Forum de las Culturas 2004



lunes, 11 de marzo de 2013

Inconsciencia

Yo quizá nunca lo supe conscientemente, posiblemente nunca lo sospeché antes pero quien sabe si el Nol empezó aquel día inconscientemente a planear en la inconsciencia de mi mente o en mi alma en pleno silencio, silencio sólo roto por el rumor de un mar suave en calma de la noche estival barcelonesa.

Forum de las Culturas 2004

domingo, 10 de marzo de 2013

Noticias del Este

Victoria y yo jamás llegamos a escribirnos, por el contrario Sveta y yo iniciamos una correspondencia por Internet en Inglés y que con el tiempo facilitaría que me interesase por las noticias que llegaban del Este. Cada día que conocía más cosas de aquellos lugares sentía mayor curiosidad por un mundo aun desconocido para mí hasta entonces. Un mundo inédito más allá de un telón de acero. Ciertamente había caído el muro, sí, la URSS ya no era soviética, los jóvenes rusos soñaban vivir en un mundo capitalista pero apenas conocían occidente y tampoco occidente les conocía a ellos. En el fondo ya no habría una guerra declarada pero sí una desconfianza fría que seguía en la atmósfera. ¿habíamos cambiado mucho?


Verano 2004


sábado, 9 de marzo de 2013

El Inicio

Más tarde se produjo un nuevo episodio fundamental en toda esta historia. Visitando algunas páginas por Internet descubrí una nueva Victoria, sólo que en esta ocasión era rusa. La cosa fue que un día curioseando por páginas del Este y donde se presentaban gentes del entorno ruso con afán de conocer gente de Occidente, ya fuera por diferentes y distintas conveniencias. El abanico era muy amplio, tanto como los intereses que uno buscase. Pero ¿Qué sabia yo de Rusia? Nada. Yo no tenía por aquel entonces ningún interés por Rusia. Más allá de la historia, literatura o música clásica que se me antojaban extraordinarias jamás pensé en ella, y aun menos en llegar a visitarla algún día. Para mí era un viaje lejano. Demasiado peligroso, según mi parecer arriesgado, incierto, ignoto y es que sencillamente no estuvo nunca para nada en mis planes. ¿Qué buscaba en aquellas páginas, entonces? ¿Quién sabe? Simplemente curiosear, entretenimiento, diversión. También quizás llevado por una fuerte atracción por las mujeres rusas a quien las considero extremadamente bellas por lo general. Quizá una fuerza de atracción inconocible o búsqueda genética en su clara piel.




viernes, 8 de marzo de 2013

Gioconda Rusa

Añoraba a la Victoria que conocí en el Forum y recorriendo distintos perfiles me llamó profundamente la atención la foto de una chica de ojos claros rasgados y que con un gorro calado a la altura de los párpados mostraba su ecléctica sonrisa proyectándola frente a una gélida Plaza Roja de Moscú al fondo. ¡Qué frío! A cualquiera esa instantánea le sugeriría cerrarlo todo aquí y ahora y darse por vencido. Acercarse al hogar aterido, resoplar al tiempo de abrigarse y tomarse un té caliente. Desde luego no era el lugar idílico en el cual hubiera soñado conocer a alguien alguna vez. Sin embargo, me quedé inmóvil frente a esa imagen llena de nostalgia y enigmática belleza. Su sonrisa serena era como el esbozo de un irresistible señuelo que avivaba mi atención. Acaso como si se tratase de una Gioconda rusa, Vicky más allá de haberme emocionado quizás me había conmocionado. Un alma frágil a una distancia insalvable se quiebra con mayor facilidad y así rota en mil pedazos quedó eternamente la mía. Otros con mayor sentido común tendrían más clara la situación. Simplemente encapricharse de alguien a quien nunca jamás llegarás a conocer y escribirle como si estuvieras justo frente a ella no era lo sensato, pero yo no lograba ver la diferencia. Rápidamente busqué su dirección de e-mail y le envié un precioso mensaje. Pasaron los días y yo aguardaba pero no hubo respuesta.



jueves, 7 de marzo de 2013

Cabreta

Mientras tanto acababa de sacar un disco y seguía presentándolo en locales y pubs, su estilo era muy novedoso, intimista, luego otros artistas y grupos también beberían en las fuentes del folk-rock pero en aquellos momentos era uno de los pioneros en lanzarme a experimentar en esa amalgama de audaces sonidos. A veces me acompañaba de músicos tradicionales, otras lo hacía en solitario o con músicos pop-rock, todo muy versátil y según para la ocasión. Dije que era muy emocionante ya que sabía bien qué iba a tocar pero que en cada función tenía la gran incógnita de conocer como iba a sonar. Yo había pertenecido a un grupo de los años 90 “Els Gansos” que se codearon con los grandes, grabaron discos y video clips, pisaron destacados platós de Tv y escenarios, y aun respetados por las bandas que alcanzaron la popularidad sin embargo ellos se quedaron a las puertas, a mitad del camino. Nunca alcanzamos el éxito ni conquistamos al gran público, sinceramente no creo que fuera porque no tuviésemos calidad necesaria aunque siempre en la media sino probablemente porque cada uno de nosotros tenía otras ocupaciones y preocupaciones también. El grupo siempre fue considerado un hobby entre nosotros y aun se hubiera convertido en momentos determinados en algo importante, nunca fue lo suficiente para apostar por ello de un modo determinante y definitivo, pero ahora que el grupo se había disuelto yo emprendía mi carrera en solitario con un nuevo disco “Arreu del Món”. En aquellos lances no sabía si sentirme un artista afortunado, ya que por fin una Compañía se había interesado por mis trabajos y me habían fichado como un artista objetivo del sello, o por otro lado maldito porque eran malos tiempos para la música. La Discográfica justo al tiempo se veía obligada a cerrar dada la cambiante situación del mercado discográfico en el cual ya se vislumbraba la incipiente crisis que llegaría después y para ellos soportarlo se hizo totalmente insostenible. La paradoja fue que el disco cantado en Catalán se vendió en el mercado asiático y latinoamericano, mientras que aquí en Europa y aun menos en España e incluso aun menos en Cataluña no tuvo la menor repercusión ni notoriedad, tampoco lanzamiento ni promoción alguna.

2005


miércoles, 6 de marzo de 2013

Amigos en Red

En la distancia éramos amigos y un día llegó un mensaje escrito en un modo distinto, era turbador, y que anunciaba cambios. En éste Vicky parecía impacientarse y quería saber cual eran mis intenciones respecto a ella. Quería conocer si realmente yo sólo buscaba una mera amistad o por el contrario algo más, puesto de momento todo estaba e iba bien pero para un futuro más o menos inmediato eso era como si ya no le pareciera suficiente. Como si hubiéramos que tomar decisiones rápidamente, avanzar y progresar en la relación. Daba la sensación que de súbito a Vicky le hubieran entrado las prisas y quisiera formalizar un compromiso mayor entre ambos. El tono mostraba desconfianza, Vicky incluso se preguntaba si tenía un verdadero interés por ella o si por el contrario sólo se trataban de meras prácticas de Inglés. Quedé desconcertado pero comprendí que Vicky en el fondo tendría sus motivos para hacerse todas aquellas preguntas. Ella tenía el derecho a saber si quería asumir esa responsabilidad o no, y lo cierto es que yo estaba pillado de ella. Me sentía muy atraído por Vicky y si ella estaba dispuesta a venir a Barcelona a mí me parecería estupendo ya que en un principio sólo la escribí con la intención de conocerla para ser amigos y luego ya se vería, pero ese “ya se vería” en realidad no conducía a nada y tal vez era cierto que fuese el momento adecuado de tomar decisiones. Y desde luego esto no era nada fácil. Vicky tampoco no parecía tener la imperiosa necesidad ni la queriente voluntad de abandonar su país, su familia, sus amigos para irse a vivir al extranjero. Casualmente ese mismo mensaje hablaba de la ciudad rusa donde vivía Vicky y de nombre Surgut.




Natasha 2006

martes, 5 de marzo de 2013

Vicky

Un ciclo se cierra entonces pero no es sino una oportunidad para que otro nuevo se abra. Eso se suele decir y desde luego así ocurrió. Tras largo tiempo de silencio nada menos que Vicky contactó conmigo. Sorprendente. Apenas podía creerlo, de hecho casi ni lo recordaba, había abandonado toda esperanza ya. Había pasado tanto tiempo desde que le había escrito, por lo menos había pasado más de medio año y no creía que fuera posible que ahora hubiera llegado la tan ansiada contestación. Pero me sentía muy feliz. Ella me decía que se había sentido halagada por mi carta y me pedía que le escribiera de nuevo y diera más información sobre mí y mi país. Así que de ese modo Vicky y yo empezamos una correspondencia vía e-mail en Inglés. Ella me contó que tenía 26 años y era profesora precisamente de Inglés en una escuela. Al principio eran mensajes triviales que hablaban de rutinas, luego empezamos a enviarnos fotos. Vicky era divorciada y tenía un hijo de 6 años, Nikita. Para mí eso no era problema, todo estaba tan lejos.

Moscow 2009

domingo, 3 de marzo de 2013

Surgut

De hecho yo di por supuesto que Vicky vivía en Moscú, probablemente a consecuencia de la foto primera y busqué en el mapa ese nombre. Lo busqué en los alrededores de Moscú y también cerca de la otra importante capital, Sant Petersburgo pero no supe hallarla. Luego haciendo una nueva verificación más exhaustiva encontré la ciudad finalmente, pero para mi asombro descubrí su localización nada menos que en la remota Siberia. ¿Era una broma? Calculé aproximadamente los kilómetros y caí en la cuenta que paradójicamente desde Barcelona me encontraba más cerca de Moscú yo, que desde la ciudad rusa de Surgut ella. ¡Increíble! ¿Qué clase de País era ese? De pronto topé con todo el imperativo de la inmensidad de ese vasto continente que es Rusia y cayó sobre mí como si hubiera recibido un jarro de agua fría devolviéndome a la cruda realidad. Tal si hubiera recuperado la cordura por unos instantes comprendí una realidad irreconciliable, inamovible, y que se hizo tan diáfana y clara en ese instante que en el fondo daba vértigo. Cristalino que nosotros jamás nos conoceríamos ni nos encontraríamos jamás, por lo menos en este mundo.


Katya 2006

miércoles, 27 de febrero de 2013

Siberia

Aquellas distancias geográficas eran absolutamente insalvables por mucha voluntad que tuvieran quienes quisieran estar juntos y compartir una vida. El juego había terminado. Naturalmente distinto es para quien tiene claro que desde un buen principio busca algo más. Una aventura, un nuevo compromiso, una novia, una esposa, otra vida y que si ésta surge se dejará todo: trabajo, familia, amigos y se viajará hasta donde fuera necesario para conseguirla, hasta el fin del mundo si fuera preciso, pero ese no era ni mucho menos mi caso y me temo que tampoco el suyo. Viví una gran contradicción en mi mismo. Yo era un espíritu libre pero me sentía profundamente desolado, era algo así como un gran fracaso para mí, pero a la vez tenía la obligación de acabar con aquel sin sentido. Yo no pretendía jugar con fuego, no deseaba engañar a nadie ni darle a Vicky falsas esperanzas. Es más, si yo era contrario a algo y me parecía intolerable en la vida era especialmente la mentira, el abuso y la crueldad, el resto a mi modo de pensar quizá todo era perdonable. Así que tomaría la decisión de poner punto y final a esa locura. Mejor antes de que la cosa fuera a mayores y se hiciera irremediable. Le comunicaría a Vicky que aun nos supusiera para ambos un gran dolor era mejor dejarlo aquí y ahora. 

Rusia 2008

martes, 26 de febrero de 2013

El Dilema

Vicky recibió el mensaje con preocupación y se lo tomó a mal. Se sentía ofendida y me presionó aun más, pues parecía como si a ella le pareciera un auténtico acto de cobardía ese abandono por mi parte. Una renuncia que hubiera roto todas sus esperanzas depositadas en aquel prácticamente desconocido. Como si ella hubiera confiado en mí desde el principio y yo le hubiera finalmente traicionado. Me pidió que no lo tirásemos todo a rodar, que me echaría mucho de menos y que por favor nos diéramos una nueva oportunidad. Por supuesto yo no quería dejarla pero entendía que era la única opción sensata. A mí sólo me faltó aquello para tomar una decisión al respecto, porque Vicky y a quien no conocía en absoluto excepto por todo aquello que nos quisimos contar, a mí me gustaba mucho, demasiado, la sentía profundamente. Sería porque se dice que la atracción de lo semejante a veces se hace incontenible. Y Vicky al igual que yo se mostraba tranquila, serena. La paz y quietud que evocaba en mí era casi irresistible más allá de su exótica belleza. Su piel tan clara, blanca como la nieve, unida a sus límpidos ojos entre un rango gris y azul parecían clamar su pertenencia al cielo. Desde luego para mi entender si alguna vez los ángeles se hicieron visibles sin duda debieron ser lo más parecido a ella. Yo no podía oponerme a un sentimiento que crecía con fuerza en mi interior. Aun me obstinara en no reconocerlo estaba completamente enamorado de ella y lo estaba desde la vez que a primera vista la vi. Amor a primera vista. De hecho no podía ser de otro modo, sino siquiera hubiera perdido un sólo segundo de mi tiempo en flirtear con ella. Ciertamente yo lo último que deseaba era decepcionarla y de algún modo me vi forzado a continuar en aquel complicado idilio virtual pero yo creía profundamente en las palabras, para mí significaban mucho, lo significaban todo y no eran vanas o sin sentido. Quizás me encontraba atrapado en mi propia red y que con tanta devoción tejí, aun yo no jugaba con ella y asumiría cada frase que estuviera dispuesto a pronunciar. La ruleta volvía a girar pero en definitiva ¿no es eso la vida?


Ksenya 2005



sábado, 23 de febrero de 2013

El Desafío

Bien, entonces dije a Vicky “Mira, iré al consulado y formalizaré una invitación para que vengas a España, los gastos corren a mi cuenta así que tu no te preocupes por nada. Sólo haz la maleta, llénala de ilusiones y ven” A Vicky le gustó la idea y le parecía bien pero dijo que había un pequeño problema y es que no podía ausentarse ni lejos ni por mucho tiempo puesto que estaba pendiente de recibir la documentación para un trabajo. Sin aquellos documentos y los posteriores trámites ella no podría trabajar de profesora. Entonces ella me pidió que nos encontrásemos en su ciudad. ¿Surgut? ¿Siberia? A mí lo más parecido que me sonaba todo eso era a hielo y Gulag. ¿Quién querría ir hasta allí? Incluso hasta Vicky me lo advirtió “Esto no te va a gustar honey” Aun no lo parezca yo no sentía la inquietud de los grandes viajeros ni el inquebrantable estímulo por el desafío, el descubrimiento y el riesgo. A mí no me entusiasmaba viajar más allá de lo necesario, siempre lo encontré tedioso. Yo era un explorador del pensamiento pero no un indómito aventurero. Viajar hasta aquel remoto lugar de la esteparia Rusia no me motivaba especialmente. Bien al contrario era un viaje que me intimidaba. Lo cierto es que yo ignoraba Rusia.

Moscow 2006

viernes, 22 de febrero de 2013

La Decisión

Ahora que habíamos decidido estar de nuevo juntos a miles de kilómetros de distancia me pregunté si no habría un modo de mejor remediarlo para estar juntos. De acuerdo, pero primero era necesario saber qué es lo que quería Vicky. En los siguientes mensajes traté de averiguarlo, sin embargo no era tan sencillo. Y es que nadie sabía lo que quería Vicky, especialmente me temo ella tampoco. A todo esto las cartas se hacían día a día más intimas y yo había dado un paso importante en la relación. Cada semana le enviaba algún que otro obsequio mediante un transporte internacional: Flores, peluches, etc y ahora también la llamaba y hablábamos por teléfono casi todos los días. Vicky no daba crédito a ese diluvio de afecto que recibía y se sentía muy querida por aquel extranjero pero lo que más apreciaba eran los momentos como cuando les cantaba por teléfono a ella y a Nikita, su hijo de 6 años. Recuerdo que uno de esos días Vicky no se encontraba en casa y entonces hablé con los padres, bueno, lo de hablar era un suponer porque los padres sólo hablaban ruso y yo por supuesto no tenía ni idea. El caso es que su madre repetía una y otra vez una palabra que yo no atinaba a comprender y ninguno de los dos nos atrevíamos a colgar definitivamente el teléfono. La palabra en cuestión era “до свидания” significa “Adiós” pero es una palabra tan bonita que no sonaba a despedida y así estuvimos largo rato: yo escuchando la palabra y la madre repitiéndola con angustia pero como quiera que la madre de Vicky no colgaba tampoco lo hacia yo. Tuve la impresión de que los rusos también eran muy educados.

Vika / Ksenya 2005




jueves, 21 de febrero de 2013

La Nueva Rusia

Las cosas habían cambiado mucho desde que el país dejó de ser la URSS sin duda pero la imagen tópica de las colas de racionamiento estaba aun presente en mi retina y también probablemente en el imaginario europeo sobre Rusia, aunque fuera parte ya de la historia y mitología rusa y para mí, como para muchos europeos, ver a la gente esperando su turno pasando frío en las calles era lo más cercano a todo conocimiento que tuviéramos de Rusia. Hasta tal punto era así que en una ocasión llegué a preguntarle a Vicky si debería llevar agua mineral embotellada o alguna clase de comida porque no sabía que clase de comida tenían allí, no fuera caso que no tuvieran nada que comer. Naturalmente entre risas Vicky me dijo que estuviera tranquilo y no me preocupase, que en su ciudad y por supuesto en los mercados rusos había de todo para comprar, siempre y cuando tuvieras dinero para pagarlo. También pensé nunca llueve a gusto de todos, pues recordé a un buen amigo mío que recientemente me dijo que realizar el viaje Transiberiano era el sueño de su vida pero en este caso la cosa era demasiado personal y no podía permutarlo con él. Bueno, ¿qué podría hacer? Tendría que asumir el viaje antes o después, así que no lo pensé dos veces y me dirigí a la Agencia de Viajes.

Moscow 2005

miércoles, 20 de febrero de 2013

Posibilidades

Viajar a Rusia en un viaje organizado no comporta ninguna dificultad, tampoco demasiados problemas si se trata de visitar Moscú o San Petersburgo, pero si la cosa es viajar por el país libremente y a tus anchas, ahí los trámites se hacen bastante complejos. Por aperturistas que parezcan los tiempos aun a las autoridades rusas no les gusta nada tener extranjeros merodeando y tomando fotos por sus ciudades. Algunas cosas o mejor dicho algunas desconfianzas y hermetismos perduraban pasaran los años. Así que yo no encontraba muchas facilidades para llegar hasta la ciudad de Surgut. No podía comprar un vuelo directo desde España, por descontado éste no existía, pero ni siquiera uno con escalas y si acaso quería adquirirlo una vez hubiera pisado suelo ruso no me lo venderían a menos que un funcionario me acompañara hasta el otro nuevo Aeropuerto y para los trámites que hubiera de formalizar, al menos así me lo planteaban desde aquí. El caso es que la cosa no pintaba nada bien, demasiadas contrariedades, tal vez todas se resolvieran con una sola cosa importante en Rusia: Paciencia. Pero no nos engañemos, en definitiva tal vez se tratase de otra distinta que sí lo arregla todo mejor y en cualquier parte: Dinero. Yo llamé a Vicky para contarle la situación. Y si ella no podía ir a Barcelona y yo lo tenía difícil o no podía hacerlo con toda probabilidad hasta Surgut miraríamos de encontrar otra posibilidad. Quizás la solución fuera encontrar un punto medio que nos evitase problemas a ambos y ese lugar no era otro que la extraordinaria ciudad de Moscú. El lugar donde se tomó la famosa foto donde todo comenzó y esta vez quizás podríamos repetir la instantánea los dos juntos con la Catedral de San Basilio de fondo, en un marco único e incomparable. Así acordamos que la esperada cita sería en la capital rusa. Moscú. Yo le pregunté si necesitaba que le enviase dinero para cubrir el desplazamiento y ella respondió que no, también le comenté que si quería traer a Nikita consigo por mi parte no había ningún problema, a lo que ella respondió que tener unas vacaciones sin Nikita le sentaría de maravilla, además sus padres estarían encantados de cuidar de él por unos días. De todos modos, aun ella lo desconociera yo tenía decidido que los gastos de ambos correrían a mi cargo. El plan en principio era pasar 15 días en la capital rusa y si Vicky podía facilitar mi traslado junto con ella a Surgut, yo la acompañaría hasta su casa y nos quedaríamos en Siberia hasta completar el mes.

Moscow 2006

martes, 19 de febrero de 2013

La Promesa

Sólo puse una única condición. Le pedí que por favor lo pensara bien y si acaso no quería o no podía me lo dijera. Que si ella no estaba segura me lo dijera ya, que yo lo entendería perfectamente y no insistiría, pero que me asegurase de un modo inequívoco que ella estaría allí esperándome y en el lugar acordado ya fuera con sol, lluvia o nieve. A lo que ella asintió emocionada. “I’ll be there honey” Vicky repitió una y otra vez ilusionada y contenta: “I’ll be there, I swear, I swear” Entonces busqué para ese encuentro un lugar exquisito y romántico en unos elegantes apartamentos al sur de la ciudad con vistas a los hermosos parques de Moscú, rodeado de profundos bosques en los cuales Catalina la Grande paseó y cabalgó cerca de sus Palacios en sus días residenciales de Moscú. Era un Apartamento-Hotel espacioso con varias habitaciones y camas individuales, cuarto de estar con cómodos sillones, cocina, recibidor y baño lujosos. Yo no es que fuera rico, tampoco un derrochador, todo lo contrario, pero me preguntaba cuantas oportunidades da la vida para querer profundamente a un gran amor, a lo sumo un par ¿una? y aun fuera por una sola vez valía la pena gastarlo todo como la ocasión se merecía. Inmediatamente le envié fotos del lugar que sería nuestro hogar las próximas semanas y Vicky se sintió conmovida por todos aquellos preciosos detalles. Yo aun lo pareciera no trataba de impresionarla, mi más sincero deseo era que los dos pudiéramos compartir esos instantes únicos que la vida nos ofrecía y que ¿quien sabe si podrían volver a repetirse? Le rogué de nuevo que si ocurría cualquier eventualidad o circunstancia me llamase o bien al móvil o al teléfono de casa o a la recepción del Hotel o que usara fax o un mensaje de e-mail. Antes del encuentro las últimas palabras de Vicky fueron: “You don’t worry honey, I’ll be there, I swear”

Moscow 2006

lunes, 18 de febrero de 2013

Noches Blancas de Moscú

Yo esperaba con impaciencia el día de tomar el vuelo y a pesar de que el viaje me inquietara enormemente trataba de apartar esos vagos pensamientos y pensar en cosas positivas y así para matar el tiempo me dirigí a unos grandes almacenes y compré un montón de regalos para Vicky, Nikita y su familia. Cuando llegó el 5 de Agosto de 2005 ya no había marcha atrás. Tenía planeado que Rusia durante las próximas semanas me acogería entre sus inconmensurables brazos. Cientos de preguntas y dudas que durante meses rodearon en torno a nuestras desconocidas vidas ahora se despejarían de un vuelo. La noche anterior a nuestro encuentro nos despedíamos para hallarnos a la noche siguiente en persona, frente a frente, uno con el otro, finalmente juntos. El día acordado y la hora de la verdad había llegado. Naturalmente esa noche la emoción que me embargaba apenas me había dejado dormir pero me levanté con energías renovadas, un suspiro de esperanza me empujaba a tomar con fuerza el equipaje hasta el punto de embarque. Luego subí al avión con el nerviosismo y guardo de todo enamorado al saberse tan lejos de su amor así como tan cerca de su más pronta felicidad. Al sentarme en el avión pronto me di cuenta que tal como el avión despegaba y se elevaba entre las infinitas y espumosas nubes blancas el desasosiego desaparecía y entraba sumiéndome en otro mundo. Una aeronave que me habría de transportar a un nuevo planeta Tierra donde moraba mi dulce amada. Los viajeros y tripulación hablaban otro idioma, uno totalmente incomprensible para mí. Los rótulos y las palabras eran indescifrables. Todo era distinto pero todo parecía ir en su curso y perfectamente bien. Yo desde un buen principio fui reacio a aquel viaje, estaba temeroso y dubitativo, y es natural que me preguntase ¿a donde me conduciría aquel vuelo? pero a la vez me exponía entero, satisfecho, desnudo a lo desconocido, pues ¿acaso no todos somos juguetes en manos del destino?

Moscow 2006

domingo, 17 de febrero de 2013

La Llegada

Finalizando la travesía el comandante anunció que nos acercábamos a nuestro destino y que la ciudad de Moscú estaba a las puertas. Miré expectante por la ventanilla y por primera vez la vi emerger imponente en el horizonte. El sol aun la iluminaba y las casas y granjas a las afueras se divisaban diminutas en vivos colores rojo, verde, azul y amarillo y que impregnadas de una brillante barniz se antojaban como de plástico, como casitas de las fichas de intercambio del juego del “Monopoly”, luego el peso del modelo gris soviético se impuso de un modo poderoso y abundante entre el verde de los bosques sólo roto por el brillante tono de las cúpulas de las numerosas iglesias. Me fascinó la desconocida Moscú desde el aire pero ahora se acercaba y era el momento crítico e inquietante de pasar por la Aduana. Aun no ocultando nada y con los papeles requeridos en regla era un momento angustioso y bastante estresante para mí, pues y ¿si a alguien que mandase algo allí se le ocurriera decidir que debía tomar la maleta de vuelta y regresar en el próximo vuelo? me preguntaba. Lo que viniera a continuación era un misterio y fuera lo que fuera, notaba en la atmósfera algo raro, una intangible intuición y con extraños pensamientos que me anunciaban un desenlace no muy favorable. Ese presentimiento se cernía sobre mí en aquellos instantes ¿pero el qué? ¿cual?

Moscow 2005

sábado, 16 de febrero de 2013

La Aduana

A mi turno me acerqué un tanto nervioso al puesto de madera observado por una funcionaria que no dejaba de mirarme de arriba abajo sin ningún reparo. Comprendía que ese era su trabajo y no esperaba una mirada cómplice pero tampoco tenía porque ofrecerse con ese desdén tan gélido. Ni me lo explico pero durante un tiempo no sabría definir, largo, exagerado, me mantuvo prácticamente en posición de firmes, allí, sin que nada ocurriera excepto darle la vuelta a mis papeles una y otra vez. Todos los pasajeros habían pasado ya por sus distintas garitas y yo quedaba rezagado el último y las maletas ya empezaban a salir. Me impacientaba y recurría a la señorita en Ingles una y otra vez preguntando si acaso había cualquier problema, pero ella hacía como que me ignoraba. Me quedé solo, nadie faltaba por pasar la Aduana y además todos los pasajeros habían recogido sus equipajes. Yo estaba sudoroso, bastante asustado. Pensé en las muchas cosas que podían suceder en un aeropuerto y más si cabe en uno ruso y la verdad ninguna me reconfortaba lo suficiente. Finalmente cuando me temí lo peor y a saber que aquello significaría, del fondo del pasillo llegó alguien que parecía decidir algo allí y empezaron a conversar acaloradamente y a mover de nuevo mis papeles arriba y abajo. Tras largas deliberaciones entre ellos de pronto aquella mujer con semblante de hielo aun más impertérrita si cabe se puso a pegar sellos como desatada y en pocos segundos me libró con cierta indignación la documentación en el mostrador. Como un idiota y casi sin creerlo hice un gesto como preguntando si finalmente podía pasar, si tenía su permiso para cruzar, a lo que aquella mujer asintió con su cabeza e hizo el ademán de que me marchase rápido, la dejase en paz, y lo hiciera antes de que se arrepintiera.

Moscow 2006

viernes, 15 de febrero de 2013

El Equipaje

Como una exhalación tomé los documentos y corrí hacia la cinta trasportadora a por el equipaje, pero ésta estaba prácticamente vacía. La cinta giraba y giraba aun con algunos paquetes pero nada que me perteneciera. Desde luego en Moscú y sin mis maletas iba a ser un comienzo muy duro. Me desesperé y estuve a punto de caer en una crisis nerviosa. Me decía a mi mismo que ahora no podía perder el temple ni la compostura, y que ponerme a gritar en medio de un Aeropuerto y nada menos que en Moscú aun fuera justificado no podría sino traerme aun peores consecuencias como recién estrenado turista. Discutir y resistirse a la policía rusa no era una buena idea como inicio para unas memorables vacaciones. Traté de calmarme y no impacientarme más de lo que ya estaba. Me dieron un montón de papeles para rellenar y cursar la reclamación pero en cirílico ¿quién sería capaz? Desde luego no yo. Todo parecía un auténtico despropósito y me pregunté si acaso no era objeto de una desvergonzada extorsión, si todos, desde el mandamás en el puesto de Aduanas hasta el chico de las maletas se hubieran confabulado en un siniestro complot de espías rusos para robarme. Probablemente esa tarde no batí el record de tiempo en cumplimentar las hojas de reclamación con bolígrafo en una mano y diccionario Inglés-Ruso en la otra pero afortunadamente el Aeropuerto no tenía prisa, no cerraba y finalmente parece que conseguí rellenarlas con mayor o peor acierto. Me dijeron que no me preocupase. Me aconsejaron que me marchase, que seguro finalmente encontrarían mi equipaje y que inmediatamente lo recibiría en el Hotel. Ese “inmediatamente” a mí me sonó burlesco pero ¿qué podía hacer en tal situación?

Moscow 2006

jueves, 14 de febrero de 2013

Sheremetevo

Allí, en el Aeropuerto ruso de Sheremetevo-2 abandonaba toda esperanza de recobrar mis pertenencias y lo dejaba todo en manos de un fornido joven que me prometió recuperarla. La vida se me resbaló en ese instante y a punto de enloquecer, pues cuando yo hacía una maleta era para poner toda mi vida dentro. Sin suerte, como desamparado tomé un taxi que probablemente me pidió por el trayecto lo máximo que me pudo sacar. Yo le tendí los dólares sin protestar. Hastiado estaba demasiado cansado para regateos. Presupuse que al menos la cosa no podía ir a peor y eso que solamente acababa de llegar. La noche estaba ya en ciernes y pronto presentaría su oscurecer insondable.

Moscow 2006

miércoles, 13 de febrero de 2013

El Hotel

Desolado crucé la puerta del Hotel y lo primero que hice al llegar fue preguntar en recepción por Vicky, si pudiera ser que hubiera llegado antes que yo. Pero no todas las recepcionistas hablaban Inglés, así que se dirigió a mí una chica que en un perfecto Inglés me informó que mi acompañante aun no se había registrado pero que no me intranquilizase ya que a su llegada me llamarían al teléfono de mi habitación para comunicármelo. Tomé el ascensor hasta mi habitación con mirada triste, incómodo y bastante atascado. Abatido abrí la puerta de aquellas estancias y entonces me introduje en una atmósfera acogedora y limpia. Silenciosa me aguardaba para dejarme grata y profundamente impresionado. Un tono caoba de luz lo invadía todo penetrando todos los rincones de la casa. Los muebles de una solidez clásica y estilo imperial, retratos de hermosos cuadros colgados en las paredes me transportaron por unos instantes a otro tiempo, un tiempo romántico de damas y caballeros que aun con las dificultades propias de la época supieron crearse un mundo entrañable, y eso dibujó de nuevo en mi rostro una media sonrisa y me dije que aun habiéndolo perdido todo, al menos podría ofrecerle a Vicky un cálido hogar. Salí a la terraza, y una ciudad inmensa se divisaba frente a mí en un plano sin igual, algunos rascacielos tocaban un techo sin nubes y de pronto el cielo de Moscú se rompió llenó de luces y colores de fuegos artificiales, me pregunté si acaso celebraban alguna festividad o era el recibimiento a las noches blancas de Moscú. Mientras me maravillaba repentino el teléfono sonó insistente y atropelladamente salí del balcón para entrar y coger el auricular. Una voz suave se dirigía a mí en ruso.

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martes, 12 de febrero de 2013

La Sorpresa

“¿Vicky? ¿Vicky?” aturdido balbuceé. La tensión y el nerviosismo del momento no me ayudaban a comprender las palabras de aquella voz femenina que me hablaba desde el otro lado de la línea telefónica. Por más que lo intentase no entendí una sola palabra. No sabía que hacer, bajar o aguardar a que sucediera algo, pero de repente el timbre de la puerta del apartamento me quitó de mi ensimismamiento. Corrí hacia ella, lleno de emoción... quizá para el momento más esperado de toda mi vida. Todo un mundo concentrado apenas en un decisivo segundo se haría realidad en aquel sólo instante. Abrí la puerta y mis suposiciones se hicieron reales enmudeciendo lo que es, de lo que bien pudo ser, ó porque efectivamente allí estaba mi estrella entera. Ese instante de felicidad completa no podía calificarse solamente con palabras. No sabía como reaccionar y no sabía como agradecer tampoco aquel instante de fortuna. La emoción me embargaba. Cuesta creer que aquello fuera verdad. Por fin... Ella estaba allí, ... sólo que aun no era Vicky sino mi preciada maleta. Y ahí estaba también aquel corpulento joven ruso del aeropuerto y que no me mintió. Cumplió su promesa, tal y como me dijo la recuperó para traérmela. Yo estaba tan agradecido que no cabía de alegría y tampoco sabia como pagarle aquella eficiencia. Creo que por primera vez comprendí a Rusia en toda su dimensión humana. Aquel muchacho se sentía también orgulloso y eufórico por saberse con el deber cumplido y ese era un futuro posible para una juventud rusa, un pueblo que un día se supo fuerte como sus vientos tras la revolución social por alcanzar la justicia y la libertad, pero no nos engañemos sabemos a donde condujo eso, a nuevas injusticias y la falta de libertades comunistas, y esa medida justa y honrada para hacerse realidad debería llegar hasta el ultimo confín de la tierra rusa y barrer también aires viciados y corruptos que sobrevolaron esas tierras y eso más que improbable era toda una quimera.


Moscow 2006

lunes, 11 de febrero de 2013

Despertar a la Alegria

Di gracias al cielo por traerme la alegría, ahora sólo faltaba Vicky y la felicidad sería completa. Salí de nuevo a la terraza lleno de un renovado optimismo, el cielo de Moscú albergaba aun la neblina que los cohetes de artificio dejaron de estela pero yo lo veía claro y cualquier automóvil que se acercaba al hotel pensaba que ese era el suyo, el imprescindible, el único y el que importaba. Pero la noche se alargaba y nada sucedía, bajé nuevamente al vestíbulo para interesarme y preguntar si se había recibido alguna llamada pero sin embargo, no, nada, nadie. En aquel instante pensé que algo no iba bien y de nuevo hizo presencia el espanto. Aquella sospecha que encoge y te tiene aterido, un frío que recorre como un fino sable de acero tu espalda. Los momentos dichosos no son prolongados en el tiempo, eso es sabido, y son como briznas centelleantes de fuego, como si prendieras una frágil cerilla y poco a poco vieras como se va consumiendo. Así de ese modo fue apagándose la ilusión rusa de la llegada de Vicky, pero aun me mantenía firme en que ella finalmente aparecería en cualquier momento. Confiaba que pronto toda aquella espera y ansiedad finalizaría. El cansancio hizo mella en mí, demasiadas emociones y aun las de por venir y me dejé caer en el espléndido sillón y al poco y sin quererlo fui sumiéndome en el profundo sopor del más íntimo silencio. Parecía como si me resistiera a someterme a la traidora somnolencia y en pequeños vuelcos volvía en mi cabeceando, sin embargo el adormecimiento se apoderaría de mí, una y otra vez hasta bien entrada la madrugada. Entonces los tenues halos de luz de un tímido sol matinal penetraron entre las silentes cortinas para anunciarme que volvía de nuevo a la realidad y ésta era temiblemente más cruda y también poco amable. Y ésta había pasado repentinamente de sueño a pesadilla. ¡No!. Vicky No. En aquel instante más que intuirlo creí tener definitivamente constatado que Vicky no vendría. Y que eso era irreversible. No, nada, nadie, y ni rezar podría traerme consuelo.

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domingo, 10 de febrero de 2013

La Vergûenza

¡Uff! Que vergüenza. Una vergüenza que sentía y no era la mía propia sino ajena y me aplacó sin fuerzas y entonces empecé a temblar sin ningún control. Tiritaba de frío aun aquella estancia estuviera cálida. No me sentía bien, tenía ganas de vómito, durante todo aquel tiempo no había tomado nada, así que tampoco tenía nada en el estomago para devolver. Era una sensación extraña de vacío difícil de explicar y que jamás había experimentado antes. La sensación más próxima debería ser la de enfado, pero ésta inexplicablemente no la sentía ni poco ni mucho. Estaba demasiado avergonzado como para enojarme. Una gran desilusión estaba a punto de aparecer de un modo físico y demoledor y en esos casos lo propio es llorar. El llanto recoge toda la tensión y la expulsa al exterior liberando todos los males, pero yo no sentía la rabia de alguien que había sido vulnerado. No tenía ira, ni rencor. Seguro que me hubiera gustado experimentarlos en aquellos momentos así de tan amargos. Gritar encolerizado me hubiera sido de un gran consuelo pero no podía, siquiera eché una lágrima. Porque no sentía pena, ni desprecio, ni dolor y eso me desconcertaba aun más. Lo cierto es que no sentía nada, absolutamente nada, estaba completamente vacío, incluso libre de las más primigenias y más primales emociones humanas. Ausente de todas quería lamentarme, compadecerme de mi mismo y darme alguna lástima pero me era totalmente imposible, sencillamente no podía, sólo aquel angustioso frío que me traspasaba la piel calándome hasta en los más recónditos huesos del alma y que no me daba descanso mientras mis manos temblaban ateridas sin un posible control. Y me preguntaba ¿ahora qué? ¿y ahora qué más? No me sentía engañado. Si timarme hubiera sido el propósito final de Vicky podía haberlo hecho sin dificultades pero ¿acaso dejarme vivir en una farsa no era aun una mayor traición y el mayor de los fraudes? La ilusión de conocer a Vicky me había costado mucho dinero, casi más del que podía permitirme pero el dinero en ese caso sólo era algo metálico, frío y hueco. Lo que me causaba sufrimiento era dilapidar por completo el sueño. ¿Por qué miente la gente? Me pregunté. ¿Por miedo, inconsciencia o crueldad? Hay mil motivos para la mentira, el problema es que una vez pronunciada no hay oportunidad para enmendarla. Sabía que el amor en ocasiones es injusto.

Moscow 2006

sábado, 9 de febrero de 2013

Sin Rumbo

A última hora de la mañana salí del hotel sin rumbo fijo. No deseaba alejarme mucho del Hotel pero pensé que el aire fresco me refrescaría las ideas. Llegué hasta un descuidado y vetusto edificio circular el cual pensé que tal vez sería una especie de mercado pero muy al contrario se trataba de una peculiar estación de metro. Miré confuso los paneles, los rótulos, los carteles, los anuncios, periódicos y revistas y no comprendí ni una sola palabra. Cómo si de una indolente metáfora se tratase ésta representaba mi propia existencia actualizada. Yo tampoco no comprendía nada. En aquellas circunstancias experimenté cuanto pesa el sentirse abandonado a tu propia suerte. El caso cierto es que en aquellos instantes completamente desorientado era incapaz de distinguir una farmacia de una floristería. Al poco, y después de dar la vuelta a la manzana con la mente más clara volví con la idea de tomar las maletas y regresar a Barcelona cuanto antes mejor. A poder ser en el primer vuelo que estuviera disponible. Allí no hacía nada excepto el ridículo espantoso que como una aguda tenaza atormenta. De regreso al hotel y justo al entrar por la puerta y poner pies en el primer escalón me giré, pues me pareció que una recepcionista me llamaba. Efectivamente, una señorita estaba reclamando mi atención y solicitó que me acercara al extremo del mostrador ya que tenía algo importante que comunicarme. De inmediato se me iluminó la cara pensando que por fin se trataba de Vicky, algún mensaje o noticias suyas. La recepcionista se dirigió a mí y me dijo que lamentaba que mi acompañante finalmente no se hubiera presentado ni tampoco que se hubiera puesto en contacto conmigo y me hizo de tirón una proposición insólita y que yo apenas daba crédito. La cosa era sencilla, la chica me explicó que dado que era ostensible que me encontraba sólo en la ciudad y ella justo tomaba vacaciones ahora mismo, me proponía que si era de mi agrado me acompañaría y me enseñaría  la ciudad de Moscú, naturalmente de modo gratuito y sin coste alguno por mi parte. Ella también quiso observarme que eso sería un asunto privado entre nosotros, digamos confidencial y absolutamente inusual por su parte, es decir una única excepción. Me dejó claro que no pensara mal, que nunca hacía eso y aun menos con clientes del Hotel, pues se jugaba el empleo si se enteraban sus Directores. Me quedé medio mudo pero era un buen trato, al fin y al cabo, si regresaba a mi país y contaba que una vez estuve en Moscú y ni siquiera visité la Plaza Roja tendría que dar algunas explicaciones poco creíbles. Tal vez demasiadas. Acepté. 

Moscow 2005
     

viernes, 8 de febrero de 2013

Yulia

Yulia y yo nos citamos a la entrada del metro y tomamos dirección al Kremlin. El metro de Moscú es esencial, extraordinario y del cual los moscovitas suelen enorgullecerse. Y ciertamente un dominio exhaustivo del metro te permite recorrer toda la ciudad. Yulia era bonita, amable y elegante. Hablaba un Inglés excelente. Pregunté el motivo por el cual se ofrecía de un modo tan solícito a hacerme de guía en la ciudad y Yulia adujo con mucha sinceridad que por varias razones: una porque tenía tiempo libre, dos porque mejoraría su conocimiento en idiomas, tres porque le permitía regresar de nuevo a lugares de interés que quizá sola no se atreviera a visitar y una cuarta porque ese occidental le parecía buena persona desde el primer momento que lo vio. Bien. Yulia era una joven divorciada como otras rusas y con un buen empleo en un distinguido Hotel de la ciudad. Yulia confesó ser muy cristiana, lo cual me extrañó pero pronto pude percibir que por toda la ciudad la presencia religiosa era abundante y se respiraba por doquier, en cada plaza o calle, a pocos metros se alzaba una hermosa iglesia. Obvio que el comunismo, aunque lo intentara de una y mil maneras lo que es acabar con la devota Rusia no pudo ni supo. Sí, extraño que el lugar más ateo en realidad no fuera sino uno de los puntos más religiosos de la Tierra. Ante tales evidencias y a instancias de las preguntas de Yulia admití también ser creyente pero no religioso, según en mi opinión las creencias nos unían, y las religiones nos separaban. Al fin y al cabo las enseñanzas de Jesús para quien bien quisiera escucharla nos pide Fe, no dice nada de profesar una u otra Religión, concluí ante el asombro de Yulia.

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jueves, 7 de febrero de 2013

El Extranjero

Me consta que a Yulia aquel extranjero que yo era le resultaba interesante, y no atinaba a comprender la razón por la cual Vicky había renunciado a encontrarse con él y llegar a conocerlo. Además Yulia se sentía molesta. Aseguró que las mujeres rusas no eran de ese modo y que el comportamiento de Vicky le avergonzaba como compatriota y que Vicky no las representaba en absoluto. Preguntó por qué no había llamado pidiéndole explicaciones, es más se ofreció para ser ella misma quien la llamase y hablar con ella de rusa a rusa. Me negué, dije que si ella no había venido tendría sus razones y llamarla para decirle lo que yo pensaba de su jugada no tenía sentido, pues ella podía ya tener una ligera idea e imaginárselo, y con ello tampoco hubiéramos arreglado poco o nada. Yo nunca supe lo que en realidad ocurrió con Vicky, pues jamás volví a saber más de ella. Ni una llamada de teléfono, ni un e-mail, nada. Quien sabe los motivos por los cuales no nos conocimos finalmente. Vicky faltó a la cita y a su palabra dada pero la sospecha de que tal vez la desconfianza hiciera mella en ella en el último instante es probable, al fin y al cabo qué garantías tenía que aquello no fuera una artimaña o la trampa de un extranjero que quisiera embaucarla en quien sabe qué. Se escuchan tantas cosas de mafias y secuestros.

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miércoles, 6 de febrero de 2013

El Desenlace

Quizá Vicky esperó a confirmar que yo había cumplido con mi palabra y me encontrase en Moscú, antes de que ella iniciara un viaje tan arduo. ¿Quién sabe? Pero ese no era nuestro acuerdo. Así que pensé que cada cual hiciera lo que considerase mejor y más oportuno, yo no juzgaría a nadie, no forzaría la situación ni reprendería a alguien a quien amaba eternamente, eso no estaba tampoco en mis planes. Prefería guardar el recuerdo de Vicky como algo que bien pudo ser bueno. Dejar que la historia se escribiera a sí misma era lo adecuado. Y sentados en la terraza de un bar de la popular Ulitsa Arbat, mientras Yulia sacaba un cigarrillo me lanzó una nueva y tentadora propuesta. Yulia dijo que tenía previsto en sus vacaciones viajar al Mar Negro, a la ciudad de Odessa, un centro de recreo y turismo para muchos rusos en Ucrania. Allí vivía su hermano al cual también visitaría y me invitaba a que la acompañase en ese viaje. Nuevamente quedé sorprendido por la iniciativa y fuerza de la mujer rusa capaz de decidir rápidamente con gran autonomía que hacer con su vida. Sonreí sonrojado y aun pareciéndome una extraordinaria oferta me excusé educadamente y la desestimé, pues no es que Yulia lo desmereciera, bien al contrario sino que no podía acompañarla, no más, pues durante y a poco de iniciar el paseo por las calles de Moscú descubrí algo sorprendente, arrebatador y casi inconfesable: Me había olvidado por completo de todo, y especialmente de Vicky y rogaba para que no apareciera ahora y aun mejor nunca en la vida, pues era demasiado tarde. Y es que me había vuelto a enamorar loca y perdidamente, sólo que esta vez no lo hacía de la sublime sonrisa de una sola mujer sino del rostro de toda una ciudad entera. De la humildad y orgullo de todos los corazones rusos. De la sencillez y complejas maneras de todas las gentes con las que nimiamente traté esos días y de la pavorosa y exultante belleza de todas las mujeres rusas. Me había enamorado completamente de aquella enigmática ciudad de Moscú y deslumbrado me moría por recorrer cada piedra, cada calle, cada parque, cada aroma, cada fuente, cada todo ... Nada ni nadie me movería de ahí hasta que mis sentidos fueran bendecidos por la sagrada hermosura del más intimo y loado descubrimiento: La verdad tangible de Rusia.

Moscow 2006

martes, 5 de febrero de 2013

Sentirse Vivo, Ser para siempre

De regreso al hotel en Opexobo (Oriejova) me sentía tranquilo y satisfecho, pensé que a pesar de todo aquel extraño viaje había valido mucho la pena, desde luego si no hubiera aceptado el reto de afrontarlo jamás hubiera experimentado y por tanto desconocería que existía un lugar en la tierra donde la felicidad no era una entelequia sino que me esperaba para acogerme en sus tiernos brazos. Aquella misma tarde anocheciendo salí a embriagarme aunque sólo fuera de los aires que contumaz arreciaban las calles del sur de Moscú. Llegué hasta lo que parecía un Supermarket y allí me detuve a echar un vistazo al tiempo que salían un grupo de jóvenes con bebidas. Por supuesto aquello era Rusia y si alguien se pregunta que jóvenes tienen la patente mundial del popular “botellón” no les quepa duda que probablemente se encuentren en un lugar apropiado. Ciertamente a ellos – en mi opinión – no les parece una afirmación nada correcta y les resulta bastante enojosa pero volvamos a lo que nos ocupa con ellos. A esos jóvenes les acompañaba una chiquita rubia y delgada con una mirada azulada que desbordaba. Nuestras miradas coincidieron veteadas y yo no pude si no desviar la vista pues si hubiera sido por mí me la hubiera comido con la vista con tan descaro que sólo hubiera causado el escándalo. De todos modos pensé que jamás la conocería y vi como ella giraba a la derecha así que tomé la izquierda. Llegué hasta una plaza a la que las gentes del lugar la renombran con el nombre de la “fontain” por una fuente que no arroja agua alguna y que está llena de jóvenes haciendo qué ... Pues ¿cómo no? el universal “botellón”. Me acerqué y vi como todos se me quedaban mirando, era obvio que me habían descubierto. Adivinaban que no era ruso pero ... ¿acaso sería de los suyos? Poco a poco, se me acercaban más y más y me hacían preguntas. Para cuando dije algo parecido a “yo no comprendo” en mi precario especie de ruso una masa de gentío me rodeaba ya. Me asusté un poco porque todos preguntaban a la vez, sin descanso, querían saber todo y se empujaban entre ellos para estar más cerca de mí y escucharme mejor. Su actitud lejos de cualquier recelo era amistosa pero eran tantos que intimidaban. Dije alguna vez que esa escena vivida me recordaba en mucho a la célebre película “bailando con lobos” cuando el oficial protagonizado por Kevin Costner tiene un primer encuentro con una tribu india.

Moscow 2006