miércoles, 27 de febrero de 2013

Siberia

Aquellas distancias geográficas eran absolutamente insalvables por mucha voluntad que tuvieran quienes quisieran estar juntos y compartir una vida. El juego había terminado. Naturalmente distinto es para quien tiene claro que desde un buen principio busca algo más. Una aventura, un nuevo compromiso, una novia, una esposa, otra vida y que si ésta surge se dejará todo: trabajo, familia, amigos y se viajará hasta donde fuera necesario para conseguirla, hasta el fin del mundo si fuera preciso, pero ese no era ni mucho menos mi caso y me temo que tampoco el suyo. Viví una gran contradicción en mi mismo. Yo era un espíritu libre pero me sentía profundamente desolado, era algo así como un gran fracaso para mí, pero a la vez tenía la obligación de acabar con aquel sin sentido. Yo no pretendía jugar con fuego, no deseaba engañar a nadie ni darle a Vicky falsas esperanzas. Es más, si yo era contrario a algo y me parecía intolerable en la vida era especialmente la mentira, el abuso y la crueldad, el resto a mi modo de pensar quizá todo era perdonable. Así que tomaría la decisión de poner punto y final a esa locura. Mejor antes de que la cosa fuera a mayores y se hiciera irremediable. Le comunicaría a Vicky que aun nos supusiera para ambos un gran dolor era mejor dejarlo aquí y ahora. 

Rusia 2008

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